Ficha de Erza

Nombre: Erza

Apellido: Busujima

Edad: 18

Nacionalidad: Japón

Género: Mujer

Gustos: Erza ama todo tipo de artes marciales, asi como leer,comer y dibujar. No le gusta nada ver la televisión, ya que la considera un engaño. Prefiere escuchar rock mientras practica con las diferentes armas que posee o pasear por la calle para desconectar del mundo.

Físico: Es una chica alta y esbelta, con una larga melena teñida de violeta. Tiene una tez blanca y unos grandes ojos oscuros que destacan en su fina cara.

Comportamiento: Debido a su entrenamiento desde pequeña, es una chica seria, estricta y reservada que se relaciona lo más minimo con las personas de su alrededor. Aún asi, cuando consigue confiar en alguien, es capaz de proteger a esa persona cueste lo que cueste. Con sus amigos es leal y simpática, incluso graciosa en ocasiones.

Vestimenta: Como no suele salir demasiado del Dojo, se la suele ver con el uniforme del instituto, compuesto por una camisa blanca y una falda verde. Lleva unas altas botas negras acompañadas de unos calcetines largos negros y siempre lleva a su espalda una katana.

Historia: Nació y se crió en Japón junto a sus padres. Su madre murió cuando tenía apenas 8 años y su padre decidió que lo mejor para ambos seria mudarse. Viajaron hasta EE.UU., donde se instalaron y formaron un dojo que se hizo muy popular y permitió a la pequeña familia salir adelante. Erza empezó a entrenar entonces hasta el día de hoy, en el que es una experta en el uso de armas y en artes marciales. Un dia, cuando llegó al Dojo, notó que algo extraño sucedía allí. El aire olía a putrefacción y no muy lejos, pudo divisar a un par de estudiantes que se comportaban de manera extraña. Antes de darse cuenta, estos dos se aproximaron a ella con intención de atacarla. Sus ojos blancos, sus ropas manchadas de sangre y su piel pálida indicaban lo peor. Sin pensarlo un isntante sacó una katana y acabó con todos los que encontró allí, entre los cuales lamentablemente se encontraba su padre. Sin nada que hacer, se armó lo máximo que pudo y con una mochila a la espalda se dirigió a la ciudad en busca de una zona segura.